Puno cuenta con trece provincias, cinco de ellas creadas en los últimos dieciocho años. Como ha sucedido con el resto del país, el proceso de migración ha continuado erosionando el campo, pues no sólo se produce una concentración poblacional, sino de servicios, en detrimento del sector rural. En el Altiplano, dos han sido los focos de atracción de la migración interna: las ciudades de Puno y Juliaca. Sólo Carabaya y San Antonio de Putina se han visto libres del efecto de absorción de esos dos destinos.

En la actualidad, una serie de programas gubernamentales y privados están siendo aplicados para paliar los efectos de la pobreza e iniciar el camino del desarrollo mejoramiento de pastos y ganado. La hidroeléctrica de San Gabán, por ejemplo, es un anhelo de los puneños que hace casi cuarenta años todavía sigue esperando su culminación, al igual que la explotación en gran escala de los yacimientos auríferos de San Antonio de Poto.

En los últimos años la red de carreteras ha sido rehabilitada y mejorada, y largos tramos, como los de Juliaca a Arequipa y de Moquegua a Desaguadero, están asfaltados, pero la distancia a los centros de consumo prácticamente encierra la riqueza agropecuaria de Puno dentro de los límites del departamento. Es obvio que sólo la industrialización de dicha producción podrá romper el aislamiento e incentivar el crecimiento de este sector. Para ello se requiere no sólo un marco legal que incentive la inversión, sino el mejoramiento de la infraestructura y, por supuesto, remontar el atraso en que se halla Puno, con respecto a otros departamentos, en educación y servicios básicos.

A pesar de esta situación, Puno es un lugar que merece visitarse. Aunque los circuitos turísticos suelen privilegiar ciertos lugares, aun las más alejadas provincias tienen algo grato que ofrecer al visitante. He aquí un brevísimo recuento de ellas.

Azángaro

Rumbo a la cordillera Oriental, alejándose de la influencia del lago, se halla esta provincia, la tercera en población del departamento. Su producción es básicamente agropecuaria y sus recursos turísticos no son aun suficientemente explotados. Entre los atractivos de la capital hay que mencionar a la iglesia de la Asunción, también conocida como el Templo de Oro por su interior profusamente adornado con pinturas de Francisco de Moneada, de mediados del siglo XVIII. De la misma fecha es la iglesia del pueblo de Santiago de Pupuja, a 23 km al suroeste de Azángaro, toda de piedra y de imponente solidez. Y hablando de iglesias, la de San Gerónimo, en Asillo, sorprende por su portada de las más hermosas del Collao, bordada de ángeles y sirenas de piedra.

Azángaro Puno

Puno

Entre las ciudades de la provincia de Puno destacan Chucuito y Ácora. La primera por una ironía de las demarcaciones políticas, Chucuito ha quedado fuera de la provincia del mismo nombre, fue durante los primeros años de la Corma el principal centro poblado del Collao y sede de las Cajas Reales, donde se recaudaba el quinto del rey, impuesto sobre la producción minera. Todavía sobreviven algunos restos de su pasado prehispánico, como el Inca Uyo, santuario de la fertilidad en el que se levantan numerosos falos de piedra de diversos tamaños; y por supuesto también de la época colonial, entre los cuales están los templos de la Asunción y de Santo Domingo. Chucuito cuenta con una hermosa vista sobre el Titicaca y en sus proximidades se ha instalado una estación de cría de truchas Acora, por su parte, ubicada a 33 km de Puno, cuenta entre sus atractivos con los templos de San Pedro y de San Juan, y a 5 km de la ciudad, con el conjunto arqueológico de Molloco, integrado por chullpas de planta cuadrada y circular. También ofrece la arena blanca y fina de su playa de Charcas y los baños termales de Kenko.

Provincia Puno

Carabaya

Esta provincia mira en su mayor extensión hacia el Altiplano, pero, remontando la cordillera Oriental, también desciende hacia la selva del Madre de Dios. Su capital, Macusani, a 4326 metros de altitud y sobre la margen derecha del rio San Gabán, se extiende bajo la mirada del Allin Ccapac, imponente cumbre nevada de 5850 metros de altura.

Es la provincia puneña de más promisorio desarrollo, pues posee un enorme potencial minero, del cual hoy se explotan, en forma artesanal, solamente los lavaderos de oro.

El potencial turístico de Carabaya no es menos alentador. Dentro de sus límites se halla parte de la Zona Reservada de Tambopata-Candamo, paraíso de la vida animal y vegetal. El andinismo y el turismo de aventura también tienen el suyo en los nevados de Allin Ccapac, Huayna Ccapac y Chichi Ccapac. En el poblado de Ollachea se hallan las fuentes termales de Aguas Calientes, y en Tantamico, las pinturas rupestres de Qquilli Qquilli y andenes y chullpas.

Carabaya Puno

Chucuito

Su capital Juli a casi a 4000 metros sobre el nivel del mar, fue conocida como la Roma Aimara por haberla convertido los jesuitas en un centro de difusión religiosa y cultural durante los casi dos siglos que duró su permanencia en el lugar. A ese período pertenecen los templos de San Pedro, de estilo renacentista, de San Juan de Letrán, de la Santa Cruz y de la Asunción. Hoy Juli es una dinámica ciudad comercial.

Pomata a 24 km de Juli, cuenta igualmente con un templo notable, el de Santiago Apóstol, provisto de catacumbas. A 10 km de la ciudad, las playas de Chatuma nos ofrecen sus finas arenas blancas.

También Zepita se halla en la provincia de Chucuito, a poca distancia de la frontera con Bolivia. Su templo de San Pedro es de piedra y fue edificado por los dominicos en los albores de la Colonia. De la época prehispánica, conserva el complejo de Tanka Tanka, que comprende chullpas y fortificaciones.

Chucuito Puno

Huancané

Los pobladores de esta provincia, ubicada en la orilla oriental del Titicaca, son de un aspecto diferente y de una talla promedio bastante superior a las de los otros grupos humanos del Collao. Nadie ha podido explicar esta singularidad, pero ella es una muestra del crisol de razas que era el Altiplano ya antes de la llegada de los europeos.

La ciudad de Huancané sufrió mucho durante la rebelión de Túpac Amaru, pero se ha conservado algo de su aspecto tradicional. A 9 km de ella se encuentra el distrito de Vilquechico, con diversos restos arqueológicos, como las chullpas de Keñalata o las piedras esculpidas de Tambolaccaya. El distrito de Taraco, por su parte, ofrece en su plaza de armas siete monolitos pre inca y en su campiña es posible ver los putucos, casas de barro y champas de formas cónicas y típicas del Altiplano.

Huancané Puno

Lampa

Esta provincia cuenta con algunos yacimientos mineros, pero su producción es básicamente agropecuaria. En su capital conocida como “la ciudad rosada” por el color de sus piedras, ubicada a orillas del río Lampa, destaca la iglesia de Santiago de tejas vidriadas, construida íntegramente en piedra a fines del siglo XVII y que hoy alberga una réplica exacta de La Piedad de Miguel Ángel. En las cercanías de Lampa se halla el queñual de K’ello K’ello, y en el distrito de Palca un criadero de chinchillas, así como en Lensora las pinturas rupestres de la cueva del Toro.

Lampa Puno

Dicen sus orgullosos pobladores que “quien viene a Lampa, cae en la trampa… y que quien se escapa, deja su capa”, y no les falta razón. Una de las particularidades de esta ciudad es el empedrado de sus principales casonas y monumentos. Se trata de bellos diseños formados gracias a la combinación de pequeñas piedras redondeadas de color blanco y negro. Lo curioso de ello es que las blancas provienen de la lejana isla Soto, mientras que las negras, de la isla de Amantaní (ambas en el lago Titicaca, a más de 50 km de distancia).

Pucará se ha hecho famosa por sus toritos, pero en sus cercanías se hallan restos pre incas que ya impresionaron a los cronistas, como las de Calasaya o las ruinas de Colque. Pucará tiene también una hermosa iglesia colonial, la de Santa Isabel.

El distrito de Santa Lucía, mucho menos conocido, cuenta también con lugares potencialmente turísticos, como el cañón y las cataratas de Hatun Phausa, la cueva de Cayachira o sus aguas termales.

Por su parte, Nicasio puede ofrecernos su fortaleza de Pucarani; Paratia, sus bailarines de Ayarachis Cabanilla, su templo colonial de San Juan Bautista Ocuviri, sus aguas termales y su criadero de truchas en la laguna de taquilla y Vila Vila, también sus aguas termales de Koline.

Sandia

Su capital, situada a 2 032 metros sobre el nivel del mar, es la más baja de las de Puno y mira hacia la vertiente oriental de la cordillera. Es una provincia rica en oro, el cual se explota desde hace siglos. El problema principal de Sandia es la escasez de vías de comunicación, difíciles de construir y mantener por lo agreste del terreno. En el territorio de Sandia nace el Inambari, que fluye hacia Madre de Dios.

Sandia Puno

La mayor riqueza turística de Sandía son sus hermosos paisajes y algunos poblados que se diferencian de los del resto de Puno, como San Juan del Oro, que fue el centro de una temprana fiebre por el metal dorado que se desató entre los almagristas y pizarristas.

Melgar

En los límites con el departamento del Cuzco, es una provincia eminentemente ganadera, el centro de la producción de alpacas y ovinos del Altiplano. Su capital, Ayaviri, sede de obispado desde 1959, cuenta con tina magnífica catedral que en su estado actual viene de mediados del siglo XVIII. En sus cercanías, en las faldas del cerro Kolkeparque, se hallan los baños de Pojpoque11a, y a 30 minutos de la ciudad, el cañón de Tinajani, gigantesco bosque de piedra en el que la erosión ha labrado espectaculares figuras.

Melgar Puno

A casi 4 000 metros de altura, el poblado de Umachiri, donde en 1815 fueron derrotadas las huestes de Mateo García Pumacahua y fusilado el poeta Mariano Melgar, con cuyo nombre fue bautizada la provincia, ofrece su templo colonial; y más hacia el norte, en el distrito de Santa Rosa, se halla el nevado de Kunurana, ideal para el andinismo. También hacia el norte se encentran el pueblo de Ñuñoa y las  ruinas de Maucallacta.

San Román

Es sin duda, la más dinámica de las provincias puneñas y el destino mayor de la migración interna. Su capital, Juliaca, es ahora el gran centro, comercial del altiplano y nudo de comunicaciones. Cuenta con aeropuerto, universidad y una relativamente buena infraestructura de servicios.

San Román Puno

Yunguyo

La más pequeña y densamente poblada provincia puneña, es la puerta de entrada a Bolivia, ya sea por la península de Copacabana a través del estrecho de Tiquina, ya por la vía de Desaguadero. El distrito de Yunguyo ofrece algunos atractivos turísticos, como el volcán apagado de Kapia, en cuya cima se ha formado una laguna y se hallan restos arqueológicos. También se encuentran vestigios prehispánicos en las cercanías del lago Wikiñaymarka.

Yunguyo Puno

San Antonio de Putina

Provincia de reciente creación (1989). Ubicada al norte de la de Huancané, es famosa por sus baños termales que poseen propiedades curativas.

San Antonio de Putina

Moho

También de reciente creación (1991), la penúltima en extensión y la segunda en densidad poblacional de las provincias puneñas, se ubica al sur de Huancané. Su capital es la villa de Moho. Cuenta con abundantes vestigios arqueológicos, todavía no bien estudiados, como los monolitos de Huata, en el distrito de Conima; las ruinas de Siani en el distrito de Silali, o la necrópolis de Huancarani en el de Huayrapata. En el distrito de Moho se hallan la fortaleza de Quenquerani y las ruinas del cerro Merkemarka, y en la villa misma, las iglesias de Santiago Apóstol y San Pedro. Entre los atractivos de Moho se cuentan, así mismo, los naturales, como los manantiales de la Agüita de Supuyuyo, las playas de Keyahuasi o la isla Soto.

Moho Puno

Tiene como capital a llave, a orillas del río del mismo nombre. El Collao cuenta con la mayor población de llamas del Altiplano y una importante producción agrícola. Ilave es una ciudad comercial que tiene entre sus atractivos a los templos coloniales de San Miguel y Santa Bárbara.